CÓRDOBA EN LA HISTORIA

La Batalla del 21 de Mayo de 1821

Antecedente:
Los habitantes de la Villa de Córdoba habían permanecido muy leales al gobierno español, desde el inicio de la lucha por la independencia de México.
Un autor de la época nos señala que “el manifiesto hecho por el cura Don Miguel Hidalgo en el pueblo de Dolores el 15 de septiembre de 1810, así como tenía sobresaltos a los cientos ochenta europeos vecinos de Córdoba; mantenían en los criollos cierto placer que con mucha dificultad ocultaban.2 (Anónimo.- La Guerra de Independencia en la provincia de Veracruz, p. 31, Ed. Cossío, México 1943).
La noticia del Plan de Iguala se conoció en la zona cordobesa durante los primeros días de marzo de 1821, coincidiendo esta, con la separación del Coronel Francisco Hevia, de la Comandancia de las Villas de Orizaba y Córdoba.
Don Manuel de la Torre, que entonces era sub-delegado en Córdoba, recibió el Plan de Iguala y solicitó consejos sobre su contenido, pero no se decidió a simpatizar con él, debido al temor de perder 50 mil pesos de la renta del tabaco, de la misma manera pensaron algunos cosecheros, aunado a esto, varios vecinos eran adeptos a Fernando VII, y en su mayoría, no aceptaban el plan por temor a Hevia. (Anónimo, Op. Cit, pp 93-94.)

La situación:
Al encontrarse la villa de Córdoba en completo estado de abandono por parte de las fuerzas realistas, muchos vecinos consideraron que se habían organizado en el norte de la villa.
José Miguel Bedillo, comandante que sustituyo a Hevia en su partida informo al ayuntamiento de Córdoba que debería formarse una Milicia Nacional, ya que a pesar de que no habían dado a conocer el mando para su constitución, esta no se había realizado y la población era arengada por los enemigos. (Archivo Municipal de Córdoba, Ver. (EN ADELANTE AMC), vol 66 f 21)
El dos de marzo de 1821, el Comandante Bedillo, en unión de José Manuel de Zevallos, el Cap. Bernardo de Herrera, Francisco Calatayud, Pedro Rodríguez y José Antonio Cabo, en reunión en extraordinaria, conversaron sobre el estado indefenso de la villa y el riesgo que representaba la amenaza de la guerrilla insurgente de Chocamàn, del Cap. Félix Luna; la deserción de la Columna de Xalapa y su orden entre los vecinos entre esa fiel villa…” (ANÒNIMO.- Op cit pp 94-95)
Se rumoraba un ataque formal; el testigo ocular anónimo, menciona que en la junta solemne convocada por Bedillo, este textualmente dijo: “… En Chocamàn está la bandera de la revolución en manos del indio Félix Luna; en esta villa está la de los dos fieles vasallos de Fernando Séptimo en las mías…” (AMC.- ídem)
El mismo 2 de marzo, el Ayuntamiento de Córdoba solicito el resguardo de Miguel Bedillo, ya que a la una de la madrugada se enteraron que las guerrillas insurgentes habían levantado el campo en Chocamàn y temían un ataque formal a Córdoba o a Orizaba. (AMC.- ídem p 127)
Ante esta situación, Bedillo decidió fortificar el parque, junto con los vecinos fieles del ataque exigían, además, al Ayuntamiento una rápida contestación a estos trabajos, bajo amenaza de tomar medidas de consejo ya que no obtenían respuesta inmediata. (idem.- f 129)
Bedillo solo tenía 20 soldados del Regimiento de Mallorca y carecía de armas para la defensa. (idem f. 129)
Como medida de defensa, Bedillo reunió en Córdoba, fuerzas, parque y municiones para el Regimiento de Mallorca. (idem f. 130)
La situación para los realistas empeoraba, ya que el Regimiento de Castilla que se encontraba en Córdoba, salió a puebla el 23 de marzo, situación que alarmaba más a los vecinos, porque el propio Bedillo hubo que ausentarse.
Juan Alcocer sustituyó en el mando a Bedillo. Alcocer se dirigió al Virrey exponiendo en una misiva la poca posibilidad para defender la Villa y que además se temía un asalto a la bodega de tabaco. (idem f 145)
En tanto esto ocurría, “llegaron los independientes a Orizaba y sostuvieron varios encuentros con la guarnición comandada por el Capitán D. Antonio López de Santa Anna; Días después se acercó a la villa el Teniente Coronel Herrera, con el grueso de sus tropas y entonces Santa Anna se adhirió a los americanos.” (MIGUEL DOMÌNNGUEZ LOYO.- Coscomatepec de Bravo, p 322 Talleres Gráficos de la Nación)
Precisa el testigo anónimo que “… a pesar de los contrarios y de los irresolutos entró Orizaba el teniente coronel D. Joaquín de Herrera, acompañado del quien lo animó, Francisco Xavier Gómez, que traía la compañía de Altotonga y uniéndose allí con las dos campañas de Félix Luna, cuyos Dragones eran tan bizarros como su capitán,” (ANÒNIMO.- op cit p 95)
Del 29 de marzo de 1821, el Teniente José Joaquín de Herrera, entró a Orizaba y desde ese lugar envió una carta al comandante Realista Alcocer, en la que le manifestaba que se encontraba en Orizaba al frente de una representable división, solicitando la redición de Córdoba, le informaba además que si hacia resistencia seria tratado de decoro, pidiendo se uniera a su casa porque sabía de a falta de recursos para hacer frente al combate, pero que si rechazaba las ideas y hacia frente “lo hacía responsable de la sangre que se derramara.”(AMC.-idem f 146)

La Capitulación
Alcocer ya no contesto a Herrera, en cambio, lo hizo el ayuntamiento el 31 de marzo, exponiendo que si podría entrar el ejército de Córdoba y que además contribuiría con la causa. (ídem f 148)
Un historiador señala que J.J Herrera capituló con el comandante Alcocer (JULIO ZARATE.-México a través de los siglos, tomo III, cd. Cumbre S.A, México 1976) hecho que desconozco en su certeza, ya que una fuente nos señala que la capitalización la hizo Herrera con su hermano D. Bernardo de Herrera, con Zevallos y Baltazar Beyoda, (ANONIMO.- op cit p 96) entrando a Córdoba el 1 de abril, siendo recibido con repique de campanas, un famoso refresco y un banquete. (CASIMIRO ROLDAN.- Fastos militares de iniquidad, barbarie… etc, incluida en JOÈ MARÌA NAREDO.-Historia de Orizaba, tomo 1 p.413, edición en facsimilar, sin pie de imprenta.)
Alcocer abandono Córdoba a las diez de la mañana del 1 de abril con sus más fieles soldados (J. DOMINGO ISASSI.- Memoria de lo acontecido en Córdoba… sin foliar, imp y pap. Universo, Córdoba 1984)
Dispuso entonces Herrera que se terminaran los trabajos de fortificación emprendidos por los realistas, trabajos que se continuaron hasta el 7 de abril, también, organizó, con el cap. Francisco Gómez, un pícate de caballería del país, de 25 a 30 miembros y solicito que los nombramientos de los oficiales recayeran sobre los que tuvieran acreditadas virtudes periodísticas. (AMC.- ídem p 155)
En esta situación el ayuntamiento cordobés, mantuvo correspondencia con el gobierno virreinal.
El 6 de abril varios vecinos cordobeses, españoles y criollos, realizaron una conspiración tratando de sorprender al cuartel pero fueron fácilmente sometidos. (CASIMIRO ROLDAN.- op cit.)
El 11 de abril, el teniente Herrera fue nombrado Comandante Principal y con ese carácter, entrego a Don Francisco Xavier Gómez, 20 caballos, 15 frenos, 10 sillas y 70 pesos para que los utilizara en defensa de la villa (AMC.- ídem pp 163-164), de igual manera se impusieron prestamos forzosos los tabaqueros, por más de 3 000 pesos, hecho que provoco el descontento de acaudalados vecinos y sobre todo de un vecino apellidado Michaus. (AMC.- ídem).
Por la situación anterior el regidor decano dijo a nombre del ayuntamiento a Herrera que la autoridad que ejercía era “la de los ladrones de camino”. (ídem p 165)
Herrera contestó con tono energético al regidor decano y asentó: “si usted está disgustado con ser libre puede retirarse donde guste y si se trata de quedar entendido de que las funciones de la dirección general y de otras autoridad que emane del gobierno español cesaron en estos pueblos desde el instante que los ocupo la división a mi mando.” (ídem p. 165) De igual manera expulsa a tres españoles europeos, los cuales considero hayan sido los organizadores de la conspiración, apoyados por el vecindario. (ISASSI op. Cit)
Asienta Domínguez Loyo que, “entre tanto Don Guadalupe Victoria aparecía nuevamente en el teatro de la guerra; quiso ponerse a las órdenes de Herrera pero que este no aceptó y se puso en las suyas…” (MIGUEL DOMINGUEZ.-Coscomatepec… op. Cit p 322) desgraciadamente no poseemos documento alguno que respalde y esclarezca este hecho.
El 21 de abril de 1821, Herrera dio órdenes de fortificar la villa y para el efecto comisiono a Don Antonio López de Santa Anna, para vigilar y apresurar la construcción de fosos y trincheras. (AMC.-Vol 66 f 167)
También se formó una comisión que quedo integrada por los capitulares del ayuntamiento: José Antonio Cabo y P.D.M Sánchez
Para que auxiliaran y proporcionaran los materiales necesarios al comisionado López de Santa Anna. (AMC. Ídem f. 168
El comandante Francisco Xavier Gómez, con esta misma fecha solicito el auxilio de la población civil, que la negó en todos los aspectos, y ante esta situación, el comandante dio la orden de que nadie saliera por las noches de su casa a la plaza. (ídem f. 169)
El mismo comandante nombre a Don Antonio de Zevallos como Comandante Accidental, y comisiono a Don Pablo de la Llave para que recibiera los prestamos forzosos. (ídem f. 170)
Con el fin de tomar la plaza de puebla, Herrera abandono la villa de Córdoba el 13 de abril. (ZARATE JULIO.- op cit p 698) Quedose, entonces una corta guarnición a las órdenes de Gómez,… quien mirando la esquivez de los antiguos patriotas, el recelo de los indultados, el recato del vecindario, y el ceño de los europeos; pasó con otros oficiales y D. Francisco de la Llave al pueblo de Amatlan…” (ANONIMO.- op cit p 96)
El padre Isassi nos relata que Pascual García llegó al mando de 20 Amatecos el día 10 de mayo a la villa de Córdoba, (J.DOMINGO ISASSI.- op cit) considero de mayor credibilidad al cronista anónimo, al que nos hemos referido ya con anterioridad, debido a que su relato es menos apasionado, él nos menciona que en atención al comediante Gómez llego de Amatlan por la situación que se enfrentó: “el viernes 6 de abril cuando la plaza estaba, como las calles, atestada de la gente de los pueblos del partido… entró Pascual de los Santos Juárez capitaneando veinte Amatecos” (ANONIMO.- ídem.), es decir, el amateco entra a Córdoba, casi un mes antes de la batalla.
El 23 de abril don Francisco Xavier Gómez, informo el ayuntamiento que Don Guadalupe Victoria había llegado a Huatusco y pedía que el mismo ayuntamiento le solicitara al general que pasara a descansar a Córdoba. (AMC. Ídem f 173)
En una carta dirigida al ayuntamiento, Don Guadalupe Victoria contesto a la invitación:
“Con mayor complacencia he recibido la apreciable carta oficio de v.s su fecha veinte y tres del que rige y en su consecuencia ha sido muy sensible que mis enfermedades me hayan impedido corresponder sin pérdida de tiempo a los deseos de este ilustre cuerpo de cuyos sentimientos patrióticos jamás he dudado.
Doy a v.s La más apreciables gracias por tan generosa oferta y comedidas propuestas asegurándole la mayor sinceridad que quedaran indelebles en mi corazón protestándole igualmente que tendré la mayor satisfacción si en algo en mi persona puede servirle a v.s. De alguna utilidad.
Dios Gde a v.s.m.a. San Juan Coscomatepec abril 28 de 1821.
Guadalupe Victoria (rúbrica) (ídem f.177)
En mayo 2 de 1821, la comandancia de la villa solicito víveres al ayuntamiento. (ídem fs. 179-180)
Ese mismo día se trató todo lo relacionado con la creación de la Milicia Nacional, ya que a pesar de haber leído el bando y que la población pudiera ser atacada por los realistas esta no se había formado. (ídem f. 21)
El 7 de mayo, el General Guadalupe Victoria anuncio su llegada a Córdoba y la junta capitular aprobó que los gastos que esto ocasionara se pagarían en recursos propios. (ídem f. 23)

Don Guadalupe Victoria:
El doctor Miguel Domínguez nos afirma que la presencia de Guadalupe Victoria en la villa de Córdoba se debió a que él tenía la intención de ir en busca de Iturbide, llegando a Córdoba el 29 de abril, pero de haber sido así, el viaje debió ser muy rápido, pues casi a la semana se encontraba de regreso, viaje que parecía imposible debido a los medios de comunicación de la época.
A la villa habían llegado muchos soldados de la región, entre ellos se distinguían sesenta negros al mando del negro Fernando Segura, la compañía de Pascual de los Santos, la compañía de rancheros de Cuichapa, cien soldados del regimiento fijo de Veracruz. (ANONIMO.-op. Cit. Pp. 97-98)
Los trabajos se iniciaban con emoción, sin embargo, “…lo principal faltaba que era un general para que con valor y prudencia dirigiera los brazos de tantos hombres esforzados. Se solicitó a Victoria pensando que tenía estas cualidades. Con arto trabajo se dirigió a él, y se le trajo en triunfo a Córdoba, donde se aturdió con los parabienes y aplausos, no hartándose las gentes de ver a este hombre tan singular y constante”. (ídem p 98)
La presencia de Victoria obligo a 200 coscomatepecanos que se dirigiera a la villa para su defensa. (ídem pp 99)
D. Guadalupe Victoria fue nombrado general para la defensa de la villa y “…ya empezaba a disfrutar las satisfacciones del empleo, cuando regreso Herrera de Tepeaca… luego que ocupo la plaza proclamo que su defensa se había de confiar a un militar. Con esta declaración se retiró Victoria de mal humor, y despreciando la comandancia de la caballería…” (ídem pp 98-99)

La batalla:
El estado que guardaba la población era alerta total, ya que siempre se había considerado, “muy noble y muy leal”, a las armas del rey plaza estaba ocupada por fuerzas insurgentes, enemigas de España.
En la batalla de Tepeaca. J.J Herrera tuvo muchos heridos y varias bajas, por lo que se vio en la necesidad de retirarse a la villa de Córdoba, con su “Novena División del Ejercito Libertador”, que tal fue el número señalado para su tropa. (ZARATE.- op. Cit p 701)
El 12 de mayo entra Herrera a Córdoba, lugar en que tiene el distanciamiento con Guadalupe Victoria; la espera de Herrera y su división era desde el día 19 en que se rumoraba que el coronel Samaniego desde Naranjal, atacaría a la novena división o en su defecto a la villa de Córdoba. (CAMPOMANES.-op cit p 48)
Isassi señala que el día 19 de mayo, 250 vecinos de Córdoba se presentaron ante la comandancia como voluntarios para realizar la defensa y que entre ellos fueron repartidas algunas armas y que aquellos que no alcanzaron fueron destinados a los trabajos de fosos y fortificaciones que dirigía don José Duran, quien ya había solicitado ayuda a Don Antonio López de Santa Anna.

15 DE MAYO EL INICIO:
Herrera dispuso que un paquete de caballería al mando de Cap. Félix Luna, vigilase la barranca de Villegas.
Esta tropa hizo resistencia, ingenuamente, a todas las fuerzas del Coronel Hevia, quien pretendía sitiar Córdoba.
A las tres y media de la tarde, el Coronel Hevia, entraba a la Villa de Córdoba, por el barrio de Santa Sebastián, a su vez, tomaron varias calles y las casas de Blas Serrano y de Don Antonio de Zevallos: “Paisano, salga usted, porque no voy a dejar con la vida un solo cordobés por desafecto al rey.” (21 DE MAYO DE 1821.-sin autor, en revista Xalapa No. 45, edición dedicada a Córdoba, Mayo de 1959)
Atrincherados los dos ejércitos, rompieron fuego los parapetos 6 y 8 de los insurgentes contra los realistas, que hicieron trincheras con tercios de tabaco (HERRERA MORENO op cit p 234) y de esta manera se iniciaba la lucha. El encuentro duro hasta las 7 de la noche. Suspendido el fuego, durante la noche ambos ejércitos, estudiaban estrategias; ese tiempo fue aprovechado por Hevia, quien avanzó con sus cañones casi al frente de la casa de Don Manuel de la Torre.

16 DE MAYO MUERTE DE HEVIA.
Empezó el cañoneo sobre la casa de Manuel de la Torre, abriendo una brecha y dos compañías de Hevia, intentaron asaltar el lugar, siendo rechazados por los insurgentes.
Eran las 5.30 de la mañana, Hevia se encontraba desayunando y muy pronto irritado por la acción anterior, suspendió su descanso y ordenó derribar la casa de “La Botica” que era propiedad de Bernardo de Herrera.
El cronista anónimo es claro y preciso: “entraron a la casa de D. Manuel de la Torre (los realistas), y luego fueron desalojados, parapetándose los independientes con tercios de tabaco granizaban la balas, y por imprudencia de Gómez, que hizo subir al tejado al capitán Pascual de los Santos Juárez, una le quito la vida: pero de allí mismo poco después salió la que atravesó la cabeza de Hevia, y se creyó disparada por Miguel Francisco, amateco. Si fue así quedo vengado su capitán: pero ni el, ni los de la plaza suspendieron lo que sucedió al enemigo…” (ANONIMO.- op cit p 100)
Muerto el coronel Hevia, las armas virreinales perdían al mejor de sus soldados, que aunque para los insurgentes fue sanguinario, odioso y cruel, como soldado “… fue hombre enérgico, valiente hasta la temeridad, (que) lucho tenazmente contra la independencia, no obstante sus ideas avanzadas y de gran liberalismo, creyendo cumplir en esta forma con sus deberes de soldado…” (DOMINGUEZ LOYO MIGUEL.- El batallón expedicionario de Austria y su comandante Don Juan de Cándano, p 76, de citlaltepetl, México 1964.)

DÍA JUEVES 17:
Siendo las tres de la mañana, 40 dragones reforzaron los parapetos insurgentes 7 y 8, reforzando el cap. Velázquez el número 8 que era atacado por los realistas. (ANONIMO po cit p 101)
Los realistas lograron atacar hasta el parapeto 11, logrando arrasar con las trincheras que fueron respuestas por los insurgentes con tercio de tabaco y sacos de arena. (Ibidem)
Castillo y Luna trataron de incendiar la casa de “La Botica” para originar un incendio total en la manzana, logrando este objetivo oaxaqueño que desnudo se arrastró hasta la misma donde clavo una camisa ardiendo, las llamas llegaron hasta la casa de Antonio Cabo, en tanto que el europeo Francisco Mayorbe que cuidaba la casa dio aviso a los insurgentes que los castellanos se habían apoderado de la misma, por lo cual 25 soldados con granadas lograron desalojar a los realistas. (Ibidem)
Todo lo anterior ocurría entre las doce y las dos de la tarde, en que viendo el avance del enemigo, Herrera ordenaba a la caballería de Félix Luna que se encontraba en el ejido atacara a Castillo y Luna por la retaguardia con 200 hombres, Villamil ordeno a la caballería de Félix Luna, una falsa retirada y los realistas avanzaron hasta “Loma de las Carretas”.
El ataque de la plaza se suspendió por dos horas y continuo por la tarde y por la noche, atacando las trincheras 6, 7, 8, 9, 10, 11 y parte de las manzanas que los realistas habían quemado.

DÍA VIERNES 18:
Los realistas disminuyeron el fuego sobre los insurgentes a las ocho de la mañana entre tantos ataques de diversos ejércitos.
A las nueve de la mañana en el rumbo de El Ejido, llego Antonio López de Santa Anna con 300 infantes y 250 caballos, provocado a los realistas, retirándose a las cuatro de la tarde a la hacienda de Buenavista, en donde acampo por órdenes de Herrera. (ISASSI ídem)
Santa Anna refiere que “muy oportunamente fue mi llegada a las orillas de Córdoba una sola pared quedaba a los patriotas para su defensa: el conflicto era extremo y en proporción las exigencias. Era preciso tomar la ofensiva veloz y activamente, y la tome con dos mil hombres y seis piezas de batalla a toda costa. La fortuna favoreció mis esfuerzos: en el primer encuentro el afamado coronel Hevia que mandaba los expedicionarios, quedo fuera de combate… (ANTONIO LOPEZ DE SANTA ANNA.-Mi historia militar y politica5, editorial nacional, reimpresión 1973)

SÁBADO DIA 19:
Regresó López de Santa Anna a “El Ejido” y se atrinchero en la “Loma de los Arrieros”, izo la bandera nacional y colocó un cañón que apuntaba a los realistas, al tiempo que oculto al cuerpo de infantería en una barranquilla y la caballería en el campo, para provocar la salida de los realistas, quienes no lo hicieron, por lo que fueron cañoneados. Los realistas contestaron los disparos del cañón, desatendieron el ataque a la plaza, lo que hizo se suspendiera el fuego por ambas partes. (ISASSI.-idem)
A las tres de la tarde se presentó Don Francisco de Miranda con los 100 dragones para auxiliar a las tropas. Junto a esta fuerza se unieron los elementos de Villamil y los Flones con los dragones que sacaron de puebla, (Ibidem); cercando prácticamente al enemigo.
Miranda fue enviado al rancho “La Posta” con la orden de estar alerta para cualquier ataque. (BIS.-Isassi, ídem)

DÍA DOMINGO 20:
El teniente J.J Herrera, íntimo la rendición de los sitiados a las tres de la tarde. El comandante del Castillo y Luna pidió tiempo para una junta de guerra y resolver lo solicitado; en tanto, se suspendió el fuego por ambas partes. (ISASSI.- ídem)
Durante este tiempo entro Luciano Velázquez a la plaza, llevando bajo su mando a cien soldados que provenían por el rumbo de Xalapa.
Los realistas rompieron fuego contra la plaza a las diez y media de la noche, considerando los insurgentes que esta sería el fin o la rendición total.
Cuando sucedía el ataque, la división realista se retiraba entre las sombras de la oscuridad, llevándose parte de la artillería y aquello que no pudieran cargar lo arrojaron a los pozos que tenían las casas que ocupaban; el tiroteo se prolongó hasta las once y media de la noche en que hizo el silencio total. (Ibídem)

DÍA LUNES 21:
Siendo la una de la mañana las tropas insurgentes reconocieron el campo realista por órdenes del comandante de la plaza y la sorpresa no fue mayor como la burla: los realistas habían abandonado el campo de guerra. (ibídem)
El cronista anónimo nos menciona que al huir las tropas realistas a Orizaba fue el coronel Samaniego el que preparo el camino “y se le había dejado franco, o improvisadamente o de industria por Herrera y Santa Anna, quien consultaría si convenía dejarlo huir, o precisarlo a rendirse… por haber estado el esfuerzo de dos compañías de voluntarios de Xalapa, acaudilladas por Don Luciano Velázquez, Leños y Galván”. (ANONIMO, op cit p 102)
Herrera dispuso a Santa Anna, junto con la caballería de Félix Luna persiguiera a los realistas, cuya orden la ejecuto, llevando al enemigo hasta Orizaba, se dice que en el ejército pasaron de treinta los muertos que hubo por parte de los realistas y que fueron hechos 13 prisioneros, así como 80 heridos, destacando entre los prisioneros un teniente de Fernando VII, otros de Castilla y el padre capellán. Por su parte, los insurgentes tuvieron 17 muertos, entre ellos destacaron Pascual de los Santos Juárez García y el cap. Pozos, dos mujeres y solo dos Cordobeses. (ISASSI ídem)
Amanecía el lunes 21 de mayo de 1821, la población de Córdoba festejaba un triunfo contra las armas realistas, jornada heroica y valerosa que años después la valdrían a la villa, que fuera nombrada con el título de Heroica.
Posteriormente, los soldados del fijo de Veracruz, las compañías de Félix Luna, las de Miranda, las de Gómez, las tropas de Santa Anna, los Patriotas de Xalapa, se retiraron a diferentes lugares para continuar la lucha armada.
El archivo parroquial solo nos registra la partida de defunción de Rafael Pozos y expresa: murió el 17 de mayo de 1821, dejo viuda a Doña Vicenta Vargas vecina de Xalapa, firmo por ausencia de Vicario Felipe N. López. (ARCHIVO PARROQUIAL. Caja 45 libros de defunciones, p. 37 libros de 1817-1830) No hubo más.
“La vigorosa resistencia de Córdoba –afirma Zarate- fue uno de los más notables episodios de la última época de la guerra de independencia, y el patrimonio de sus vecinos en esta ocasión honro justamente su nombre. Grandes fueron las pérdidas que entonces sufrieron, y por muchos años las ruinas ennegrecidas de muchos de sus edificios proclamaron elocuentemente el valor impávido y los sacrificios de los defensores de Córdoba. Ya desaparecieron estos gloriosos escombros, pero la historia consigna con nobles y legítimo orgullo la resistencia de la heroica villa…” (ZARATE.- op cit p 701)

Información del libro: “Fundación de Córdoba y Batalla 21 de Mayo de 1821”, Libro Primero, Autor Aquileo Rosas Juárez. Libro ubicado en el Archivo General del Estado.
Prólogo del libro: Profesor Serafín Castillo Vázquez.

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