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Las fuerzas de “El Mayo” intentan erradicar a las de “El Mencho” y encienden Tijuana

La violencia sangrienta que está agravando la crisis de inseguridad en Tijuana, particularmente en la delegación Playas, la Zona Norte de la ciudad, la colonia Castillo, la 10 de Mayo y áreas circundantes donde indistintos cuerpos de hombres y mujeres han sido masacrados, cercenados y abandonados, tiene un origen muy lejano. De hecho, en la otra península: en Quintana Roo.

El 14 de abril de 2022, en el parque Xplor de la Riviera Maya, fue asesinado Luis Enrique Hernández Alcalá. Originario y con domicilio en Culiacán, Sinaloa, se encontraba de vacaciones con su familia. No traía seguridad ni autos blindados.

“Viajaba de la forma típica que lo hacen quienes, desde el narcotráfico, quieren guardar un bajo perfil cuando vacacionan”, dijo a Zeta un investigador quintanarroense. Así como viajó en 2002 Ramón Arellano Félix al Carnaval de Mazatlán: sin escoltas, en un sedán viejo y vestido de turista. Ahí lo mataron.

Aunque de inmediato las autoridades de Quintana Roo no identificaron al asesinado del parque Xplor, investigaciones de crímenes posteriores les darían un norte: Luis Enrique Hernández Alcalá era un hombre muy cercano a Ismael “El Mayo” Zambada García, líder criminal mayoritario del Cártel de Sinaloa. Su muerte significa a la estructura criminal un golpe en el corazón financiero ilícito.

Los asesinos no fueron aprehendidos. Asumieron localmente que se trataba de pugnas internas del Cártel de Sinaloa, hasta que, en la otra península, en Baja California, investigaciones sobre los crecientes crímenes los llevaron a conocer que la guerra se había declarado. Otra vez.

Investigadores en Tijuana supieron, a partir de declaraciones de detenidos, que la orden de asesinar a narcomenudistas provino de los capos del Cártel de Sinaloa y del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), Ismael “El Mayo” Zambada y Nemesio “El Mencho” Oseguera Cervantes, respectivamente.

“La orden de ‘El Mayo’ fue para todas las células de Sinaloa: Que dejaran atrás sus diferencias y se unieran para erradicar a los narcomenudistas del Cártel Jalisco Nueva Generación, para enviar un mensaje a ‘El Mencho’”, informó uno de los investigadores en Baja California.

Al tiempo, confió que la guerra entre ambos personajes se ha intensificado en otros estados de la República como Nayarit, Colima, Zacatecas, Baja California y Quintana Roo, donde el 28 de junio de 2022, otro operador del Cártel de Sinaloa, Francisco Alberto López Galván “El Huachi”, fue asesinado. Él “mantenía el control directo de los bares para los fines de venta de droga y cobro de piso, fue privado de la vida en el fraccionamiento Santa Fe, del municipio de Benito Juárez”, comentó a Zeta un policía asentado en la Rivera Maya.

En Baja California, la orden de “El Mayo” fue que todas las células, entre estas las de “Los Aquiles” y la de “Los Rusos”, trabajaran en conjunto para asesinar a quienes sirvieran a Jalisco. En Tijuana, la pugna más sangrienta la llevan los sobrevivientes de la célula de “Los Cabos” y los del CJNG con base en la Zona Norte de la ciudad.

EVELYN Y ERUBE

Evelyn Arleth de Florencio Barajas estuvo presa en 2014. Un año y seis meses la mantuvieron tras las rejas. En su historial delictivo tiene varias carpetas abiertas, mayormente, robo con violencia. Era originaria de Iztapalapa, Ciudad de México y durante los últimos trece años presuntamente mantuvo su residencia en la colonia Manuel Paredes de Tijuana.

Erube Bernal Meléndez, tijuanense, también con residencia en la colonia Manuel Paredes de la Delegación Playas de Tijuana, tiene un historial criminal muy vasto. La primera ocasión que se tiene cuenta de sus fechorías data a 2001, cuando fue señalado y consignado por daño en propiedad ajena. A partir de ahí, su carrera criminal no tuvo freno. A saber de los investigadores, así se desarrolló: 2001, daño en propiedad ajena intencional; 2002, daño en propiedad ajena, lesiones y portación de arma prohibida; 2004, destrucción total o parcial de vehículo motor robado, desmantelado para sustracción de piezas; 2007, robo con violencia y portación de arma prohibida y, en el mismo año, robo equiparado de vehículo de motor. Para 2012 fue investigado por daño en propiedad ajena intencional, y en 2018 en dos ocasiones: una por robo calificado de vehículo motor, y otra por robo equiparado.

De 40 años de edad, Erube tiene carpetas de investigación abiertas por narcomenudeo, como la de marzo de este año, por posesión de marihuana y metanfetamina. En dos ocasiones estuvo preso en la penitenciaría de La Mesa en Tijuana, primero en 2007 y después en 2019.

Evelyn y Erube residían en la colonia Manuel Paredes. Entre la noche del 25 y la madrugada del 26 de junio de 2022, ambos fueron localizados por sus verdugos. Los levantaron. Los llevaron a un cuarto abandonado utilizado como picadero y ahí les dieron muerte. Les cercenaron la cabeza a ambos, depositándolas en sendas bolsas de plástico que introdujeron en una vieja maleta.

Los asesinos abandonaron la maleta en una jardinera del puente da acceso al fraccionamiento “El Mirador”, sobre la prolongación de la calle Segunda y antes de acceder a Playas de Tijuana.

Eran las cuatro de la mañana del domingo 26 de junio cuando la maleta fue observada por vecinos que dieron aviso a la Policía. A un lado de la bolsa de viaje que contenía las cabezas de Evelyn y Erube se encontraba una cartulina blanca con una leyenda criminal: “Esto es para todos los putos que apoyen a la lacra en Playas, ya hay nueva administración… atte: La Menchiza”.

Doce horas después, pasadas las tres y media de ese domingo 26 de junio, en la colonia Manuel Paredes III, en la misma Delegación Playas de Tijuana, entre la calle Tizoc y el Cañón de las Bugambilias, fueron localizados dos cuerpos sin cabeza. El del hombre, atado de pies y manos, vestía pantalón corto color azul y una playera a rayas del mismo tono. El cuerpo de la mujer portaba unos pantalones de mezclilla y una blusa morada de tirantes.

En medio de una guerra sangrienta entre los cárteles de Sinaloa y Jalisco, con sus cuerpos desmembrados, terminó la historia criminal de Evelyn y Erube. Asesinatos que se sumaron a los 199 que, hasta la mañana del día 30, se habían acumulado en junio en Tijuana.

LOS ASESINOS LOCALES

En Tijuana, investigadores de la Fiscalía General del Estado (FGE), del Ejército y otras corporaciones, aseguran que quienes están encabezando las matanzas en la Zona Oeste de la ciudad son dos células en particular. Por el lado de Sinaloa, un hombre al que identifican como Edwin Antonio Rubio López, perteneciente a la célula de “Los Aquiles”, los hermanos René y Aquiles Arzate. Del mismo cártel, pero de la célula de “Los Cabos” comandada por David López Jiménez “Cabo 20”, identifican como uno de los asesinos a Leonardo Llamas Robles “Cabo 45” y a otro sicario a quien sólo han identificado con el apodo de “El Tamal”.

De acuerdo a las investigaciones, Edwin Rubio Antonio Rubio López, “El Max” y/o “El Oso” (32 años), con domicilio en El Florido, estuvo preso en la penitenciaría de La Mesa en 2013 por portación de arma de fuego de uso exclusivo del Ejército, Armada y Fuerza Aérea. Actualmente cuenta con orden de aprehensión por homicidio calificado.

Por su parte, de Leonardo Llamas Robles, a quien los oficiales identifican como “Cabo 45” en las agencias investigadoras, únicamente tiene una carpeta por robo simple.

Por parte del CJNG, los investigadores refieren que se trata de dos hombres, quienes han intensificado la violencia y la inseguridad en la Zona Norte de la ciudad y Playas: Javier Adrián Beltrán Cabrera “El Pedrito” e Isaac Alhiu Chávez Cabrera “El Puma”, hermanos de madre.

“El Pedrito” (28 años) es identificado con residencia en la zona de Los Altos en la Delegación Playas, fue sentenciado y purgó condena en 2011 por portación de arma de fuego sin licencia; es originario de Sinaloa. De su hermano Isaac Alhiu (30 años), investigadores refieren que en 2015 fue procesado y encarcelado en el Centro de Reinserción Social (Cereso) El Hongo II por portación de arma de fuego de uso exclusivo del Ejército, Armada y Fuerzas Armadas. Como domicilio le tienen por conocido una casa en el fraccionamiento San Agustín.

De acuerdo a investigadores de la Mesa de Coordinación de Seguridad, estos serían los sicarios que, tanto del CJNG como del de Sinaloa, mantienen la guerra sangrienta en el oeste de la ciudad.


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