La tormenta y el día después.
Primera Sesión de los Encuentros de Resistencia y Rebeldía 2024.
La religión de la desmemoria.
Por: Kassandra Villaraux
Fotografía: Johana Utrera
28 de diciembre 2024, San Cristóbal de las Casas, Chiapas.
Desde las montañas del sureste, CIDECI recibió a cientos de visitantes para las mesas de los Encuentros Internacionales de Rebeldía. Donde todos estábamos a la expectativa de los discursos pronunciados por ponentes como Inés Duran, Iván Prado, Jacobo Dayán; pero, la emoción estaba puesta en las palabras del Capitán Insurgente Marcos, quien dio la apertura a este desfile de la desmemoria. Todos los discursos convergían en los mismos ejes centrales; los estragos del sistema capitalista, Palestina, migración, crimen organizado, ecocidio y un largo etcétera.
La voz de cada ponente reivindicaba la lucha desde su trinchera.
Jamás escuché “Palestina Libre” tantas veces en mi vida como en los encuentros, pero una vez que Iván Prado, “el payaso todo terreno”, tomó la palabra, nuestros gritos por esa Palestina quedaron como simples ecos vacíos.
“Pallasos en rebeldía”, defiende que la resistencia es un arte, la risa es un arma y la alegría es un derecho. Haciendo espectáculos de comedia en zonas de guerra y campos de refugiados, porque los menores en estos lugares ya conocen la guerra, lo que quieren es volver a ser niños.
No sólo Palestina necesita este consuelo y atención internacional, actualmente en el mundo estamos viviendo 4 genocidios simultáneos: Palestina, Rohingya, Uigures e Irak.
Cómo lo dijo John Holloway, en la voz de Inés Duran, el mundo no tiene que ser así, hay que celebrar la resistencia y la rebeldía.
Pero cómo podríamos celebrarnos si estamos en medio de una crisis civilizatoria, en un modelo económico que impulsa a la violencia fortaleciendo su capacidad de dañar, con organismos que niegan derechos tan básicos como el de salvarse, criminalizando el flujo migratorio.
Reconozco que estoy rompiendo una de las únicas reglas dadas por el Capitán Marcos, no hacer citas; pero es complicado no hacerlo cuando Jacobo Dayán pronuncia frases tan poderosas como: “La reconstrucción vendrá de la resistencia de los márgenes”.
Nuestra madre naturaleza, una de las principales víctimas de este sistema hiperconsumista que interpreta al mundo en competencia y valores monetarios. Los pueblos están sumidos en violencia por el control del narcotráfico en colusión con las autoridades, quienes ya no solo controlan negocios ilícitos, sino también las producciones de aguacate, agave y frambuesas que se cosechan con la sangre y el sacrifico de trabajadores y de animales no humanos.
Estos crímenes del capitalismo contra la tierra y los pueblos originarios hunden a nuestro país, nosotros, los hijos del maíz, vemos como cada vez estas cosechas se sacrifican por las que enriquecen más, creando impactos en la alimentación, la continuidad de las leyes neoliberales, la corrupción en tribunales agrarios, reformas constitucionales en materia indígena, el Tren Maya, los gaseoducto, la militarización etc. Son algunas de las medidas del mal gobierno para enriquecerse.
La desesperación organizada y la rabia digna son las únicas herramientas que tenemos para luchar; son también las armas que tuvo la generación del 94. Entrenados para no morir, fueron obligados a estudiar lo cruel e inhumano que vivieron sus abuelos y abuelas en las fincas y como lograron su libertad hasta que se organizaron, porque al estar unidos no podían atraparlos, porque de la unión nació la fuerza para escapar a las montañas; el común nació de sus antepasados, de lo que vieron y vivieron. Trabajar en común la tierra, la tierra era para ellos, los frutos del trabajo para el bien de todos, trabajar en común, defender en común, porque la tierra es santa, es madre y esta forma de vivir, este común representaban una amenaza para este sistema.
Y de este común parido por sus abuelos, nació la fuerza para alzarse ese 1 de enero del 94. Para todos todo y nada para nosotros.
“Creen que nos dejan solos y que en la soledad a la que nos sentencian nos habremos perdido (…) solo nos tenemos a nosotros mismos estuvimos, estamos y estaremos solos (…) tenemos una causa que es la de la vida y tenemos un nombre, somos El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (…)”
-Capitán Insurgente Marcos.