Córdoba, Ver. (18/Julio/2020).- A sus 80 años, la Delegación de la Cruz Roja de Córdoba está moribunda, hoy subsiste como un simple puesto de socorro con 5 paramédicos laborando. Su eterno administrador Jorge Germán García Pérez la llevó a la ruina para el beneficio personal de un patronato que encabeza Arturo Buganza del Castillo y de él mismo, denuncias paramédicos; nunca han transparentado el manejo de la institución.

En Córdoba, los que manejan el emblema de la Cruz Roja se olvidaron de sus 7 Principios Fundamentales y, hoy, en medio de una pandemia, cuando más se pudieran necesitar simplemente  ellos son los que necesitan socorro, mientras todos los recursos que reciben se han malversado.

En un oficio, el Coordinador Local de Socorros y Desastres de la Cruz Roja Córdoba, Héctor Luis Solís Flores, reconoce que son 3 paramédicos enfermos de #COVID19 abandonados a su suerte y que el 75% del personal voluntario “solicitó un permiso temporal por la pandemia y que en algunas guardias por prevención se puso en observación al personal hasta este fin de semana, todo de acuerdo a los protocolos de Bioseguridad”.

La información del Coordinador Local de Socorros es parcialmente cierta, pero la situación de la Cruz Roja Córdoba es más grave. Al iniciar la pandemia tenía solamente 20 voluntarios, cuando en sus mejores momentos sumaban más de 50 y los fines de semana sólo una persona se queda de guardia.

Sólo están trabajando 5 paramédicos que se rotan las guardias en 2 ambulancias. Su función prácticamente es atender emergencias viales y nada que tenga que ver con probables enfermos de #COVID19.

Si usted necesita la atención para un enfermo de #COVID19, están cobrando entre 8 mil y 10 mil pesos exclusivamente para que una ambulancia de la Cruz Roja traslade al paciente al Hospital de Río Blanco o al IMSS de Orizaba; para ello, es el administrador Jorge García quien maneja el equipo de protección especial para estas labores, mismo que les fue donado.

Una de las mejores ambulancias de la Cruz Roja Córdoba se encuentra abandonada en un taller de la avenida 9 Bis entre calles 21 y 25, atrás del mercadito. Otras ambulancias ya forman parte del “cementerio” que Jorge García tiene en el patio de lo que antes fue el deportivo.

Hay un turbio manejo del membrete de la Cruz Roja, cuyo patronato encabeza Arturo Buganza del Castillo. Anteponiendo el lucro, dejaron perder lo mejor de la institución en Córdoba, tanto el recurso humano como el material médico.

Hace muchos años, los grupos de Cruz Roja Córdoba eran motivo de orgullo a nivel nacional. Tuvieron uno de sus mejores equipos de Rescate Urbano, técnicos en urgencias médicas y voluntariado femenino.

Su hospital llegó a ser uno de los mejores de la región gracias a las contribuciones de gente altruista y el propio Gobierno. Tenía dos salas generales, una sala de Terapia Intensiva, quirófano, laboratorio de análisis y el primer Banco de Sangre en toda la zona.

La escuela de Técnicos de Urgencias Médicas sigue funcionando, pero en marzo fue la última generación. Todos los voluntarios desaparecieron al no ofrecérseles las garantías para desarrollar sus actividades durante la pandemia.

Así, la Cruz Roja Córdoba es hoy sólo un puesto de socorro. La infectaron, la mataron, Jorge García Pérez y Arturo Buganza del Castillo.