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Detectan nuevo agujero en la capa de Ozono

Lamentablemente, hace unos días circuló la noticia de que la capa atmosférica de la Tierra tiene un nuevo agujero, pero esta vez a la altura de los trópicos.

Por supuesto que esto causa mucha preocupación, ya que como muchos saben no es el primer agujero que se forma, pues ya hay uno que se comenzó a formar en la década de los 80 y que se alza sobre la zona polar de la Antártida.

Algunas de las explicaciones que han dado los científicos a dicho problema atmosférico son que algunos productos tóxicos emitidos por el hombre son los que están causando un desgaste importante sobre la capa de ozono.

Dicho descubrimiento alertó a los científicos, debido a que es precisamente esta capa de la atmósfera la que se encarga de proteger al planeta de la radiación ultravioleta proveniente del Sol.

Cabe señalar que desde la década de los 80’s, se tuvo la iniciativa de solucionar este problema a través de la prohibición del uso de sustancias tóxicas.

Sin embargo, y a pesar del esfuerzo que se intentó hacer, el daño fue irreversible.

Y las cosas podrían empeorar aún más, ya que una investigación realizada por Qing-Bin Lu de la Universidad de Waterloo, descubrió un gran agujero de ozono permanente en la estratosfera interior sobre los trópicos.

Según el estudio, la profundidad del agujero es comparable a la del ya conocido agujero que se alza sobre la Antártida. Sin embargo, los demás datos son desalentadores debido a que el área del nuevo agujero supera con creces al antártico, es siete veces mayor.

“Los trópicos constituyen la mitad de la superficie del planeta y albergan aproximadamente la mitad de la población mundial”, dijo el profesor Lu, investigador del Departamento de Física y Astronomía y de los Departamentos de Biología y Química de la Universidad de Waterloo

El hecho de que exista otro agujero en la capa de ozono independiente del antártico ya es de por sí preocupante, pero que además se encuentre sobre los trópicos es todavía más alarmante ya que puede conducir “a un aumento de la radiación ultravioleta a nivel del suelo”.

La consecuencia más inmediata es que con esto se eleva el “riesgo de sufrir cáncer en la piel y cataratas en diferentes seres, así como debilitar el sistema inmunológico humano, disminuir la productividad agrícola y afectar negativamente a los organismos y ecosistemas acuáticos sensibles”, explica Lu.

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